[Via Marca]
Única karateka de la historia en ganar en el mismo año el oro olímpico, mundial y europeo. María Torres, oro en kumite (+68 kg) y Damián Quintero, plata en katas.
incuenta y siete medallas consecutivas y la misma humildad que siempre. Sandra Sánchez no se baja del podio desde enero de 2015. Echen cuentas, son casi siete años. Una barbaridad. El último metal que ha conquistado es el oro mundial en Dubái, su segunda casa, donde le dieron su primer oportunidad internacional en 2014 cuando en España no creían en ella. Revalida el título de campeona mundial que logró en Madrid en 2018 y completa la triple corona en este inolvidable 2021: oro olímpico, mundial y europeo. Una gesta que hasta este año era imposible y que seguirá siéndolo tras salir el kárate del programa olímpico. Y quinto título en total sumando el del circuito mundial y el de España. ¿Quieren más? Tiene un Récord Guinness y lidera el ranking mundial de mejor karateka femenina de katas de todos los tiempos. Es ya una leyenda. Hoy también se ha proclamado campeona mundial María Torres en kumite +68 kg y subcampeón Damián Quintero en katas.
"No sé ni cómo estoy ahora mismo, en una nube. He conseguido todo lo que me había propuesto este año, lo he ganado todo... (resopla). Jamás pensé que pudiese lograr en un mismo año el oro olímpico, el Mundial y el Europeo. Es un sueño", reconoció colgarse el oro en una videollamada con MARCA desde Dubái.
La talaverana había dormido bien, aunque como en todos los campeonatos se despertó algo más temprano de lo habitual. Acostumbrada en los últimos años a enfrentarse a la japonesa Shimizu en todas las finales, la incertidumbre de medirse a Ono, una rival a la que siempre había ganado pero que no tiene tan vista, le generó algo más de nervios de lo habitual.
"Reconozco que al principio estaba nerviosa, pero tras el primer grito ya me he calmado y cuando estaba acabando me enviaba mensajes positivos a mí misma. Se me ha hecho eterno el momento de espera de las notas", reconoció mientras miraba su enorme medalla. "Es casi tan grande como mi cara", bromeaba.
¿Dormirá con ella como con el oro olímpico? "No sé si cabremos", dijo riendo, "pero yo creo que le haremos un hueco porque es la guinda a un año perfecto", añadió.
Se ha impuesto en la final a la japonesa Hikaru Ono, número 6 del mundo y la apuesta nipona para tratar de derrocar a Sánchez, con la que no ha podido Shimizu en los dos últimos años y a la que han dejado fuera del Mundial precisamente por ello. Pero la española sigue imbatible. Con su kata Chatanyara kushanku logró una puntuación de 28.46 ( técnica 19.88 y 8.58 en la atlética), frente al 27.42 de Ono, que ejecutó el Papurem. Ya puede pintar el ojo entero a su daruma, ese muñeco japonés que estaba bizco y que le recordaba cada día en el CAR que los esfuerzos y sacrificios merecen la pena y tienen su recompensa.
Su caso es casi único en el deporte y su historia, la de una niña que descubrió el karate con cuatro años gracias a su hermano Paquito, que aprendió a canalizar su genio a través de este arte marcial y que, pese a que apuntaba maneras, según crecía no lograba subir nunca al primer cajón del podio. Escuchó muchas veces que no lo conseguiría, que no era lo suficientemente buena, pero apareció Jesús del Moral en su vida para darle la confianza que a ella le faltaba. Juntos lograron que ganase su primer campeonato de España con 34 años.
Hoy, con 40, nadie puede hacerla sombra en el tatami. La receta es trabajo, trabajo y más trabajo mezclado con grandes dosis de ilusión, energía y optimismo. "Hoy vencí a mi yo de ayer". Esta frase que preside la sala de entrenamiento del CAR de Madrid la hace cada día suya. ¿Y cuál es el secreto de su eterna juventud? Su inconformismo en el tatami, su constante búsqueda de mejora y que sigue disfrutando de este deporte como si fuese el primer día. "Creo que todavía lo puedo hacer mejor", dice convencida. "Cada día sigo teniendo presente que me costó mucho llegar y cada día es una oportunidad y quiero exprimirla al máximo", añade.
"Sandra es un espíritu inquieto y si a ello le sumas su afán de perfección y su ilusión, es la combinación perfecta. Además, disfruta de cada entrenamiento", dice Jesús del Moral sobre la campeona. "La he visto más nerviosa que en los Juegos al no estar Shimizu, pero antes de salir le he dicho que estuviese tranquila, que echase mano de su experiencia y madurez, que compitiera como ella sabe", añade. "Y mira...", dice riendo.
Lo va a celebrar comiéndose la medalla de chocolate que le regaló Dani Rovira el otro día. Lleva demasiado tiempo sin comer chocolate y le encanta.